Si le das la espalda al Sol... Que sea para recibir su caluroso abrazo, no para evitarlo o rechazarlo.
Nos han infundado que el Sol hace daño, que daña la piel y genera cáncer, que nos quema... Pero ...
Realmente, una adecuada dosis diaria de rayos solares:
- Beneficia tu estado de ánimo, promoviendo la síntesis de la serotonina; un neurotransmisor relacionado con el bienestar.
- Mejora tu ritmo circadiano del sueño; aumentando la producción de melatonina en la glándula pineal.
- Ayuda a eliminar toxinas o productos del metabolismo que se encuentran en exceso; por ejemplo, la Bilirrubina en recién nacidos, a quienes hay que asolearlos para evitar la ictericia o a quitarla cuando ya se ha presentado.
- 1 hora de exposición es suficiente. Los rayos UV solares se transforman en vitamina D, una sustancia que posee la piel, derivada del colesterol (dehidrocolesterol).
- Disminuye el sobrepeso o el colesterol alto.
- Ayuda en problemas de dermatitis, psoriasis, acné. Tu piel necesita dosis de exposición al sol por sus propiedades antiinflamatorias.
- También ayuda en la Hipertensión, relajando tus arterias con el efecto vasodilatador de la luz solar.
¡Así que pon el Sol en tu agenda, y disfrútate mientras tanto!