Es muy común en adolescentes caer en la tristeza por un sin fin de razones como:
Sienten que sus padres no los entienden, que son diferentes a sus amigos en el colegio, que sus padres quieren más a su hermano menor, que las personas adultas sufren mucho, que los animales son maltratados, que los adultos contaminan el ambiente con sus basuras y mucho más etc.
Es un tema de interés para muchas personas que tienen hijos, sobrinos, hermanos menores, vecinitos, amigos de sus hijos, etc. Las personas somos más sensibles al sufrimiento de los niños y adolescentes.
Testimonio año 2020 al 2024
“Andrea Salazar una adolescente que estuvo varias veces en riesgo de muerte por una profunda depresión.”
Andrea llegó a nuestra Escuela para un programa de mediano plazo (1 mes), no quería seguir asistiendo a su colegio, sentía una profunda decepción por el trato que se dan los adultos en la sociedad, tenía una gran confrontación con su colegio y los profesores, por la educación en general, no estaba de acuerdo con sus padres en muchas cosas que los hacían infelices.
“Decidió buscar ayuda y hacerlo diferente, encargarse a sus escasos 15 años de edad, de encontrar otro camino para vivir feliz.”
La Andrea de hace unos 4 años de verdad no tenía ganas de seguir viva le había perdido todo el sentido a la vida ya había visto tantas cosas horribles que había perdido la esperanza. Luego de su primer mes en la Escuela y haber salido de la crisis depresiva, encontró un profundo deseo de seguir descubriendo su potencial y su verdadera razón de vivir, lo que la llevó a tomar una decisión que le cambió la vida, se quedó a vivir a la escuela y hoy a sus 19 años es la directora de nuestro colegio Hércules, un hermoso proyecto de educación basada en la salud y la felicidad desde las primeras edades de un ser humano.
Al llegar a la Escuela Gelva se fué llenando de razones para volver a creer que el mundo si es un lugar por el que vale el esfuerzo luchar. Junto a la comunidad de estudiantes y terapeutas fué consiguiendo amor, familia, nuevos hábitos, que la fueron transformando completamente. Reconoce que tuvo mucho miedo y que todavía tiene pero en menor cantidad y ahora con herramientas y experiencias que la ayudan a decidir cómo sentirse y cómo responder ante las situaciones del día a día. Andre ha aprendido a ser sana y feliz y además hoy es una gran terapeuta de nuestra escuela que acompaña y enseña a otros estudiantes y pacientes a recorrer el camino que a ella la enseño.
“El mundo necesita más personas que deseen vivir a través del corazón que deseen vivir con coraje que no les dé miedo sentir, porque no somos seres racionales somos seres sintientes, somos seres maravillosos solo que aún no hemos tomado la decisión de darnos cuenta.”
Andrea Salazar.
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